Cual
propósitos que tienden caminos, voy
firmemente dando sentido a mi vida.
Lo
busco afanosamente en cada sustancia que toco, en
el placer de poder elegir lo que es mio.
Voy
trazando el poder del sentido, impulsándome instintivamente con fuerzas, dando
siempre un solo suspiro.
Ya
no tengo que encontrarme diariamente
Porque
voluntariosamente me vivo, en
mis sensaciones ocultas me cultivo.
Cual
defensa sublime no me retiro.
Como
reacción suprema a mis propios principios.
Voy
por mis ideales pregonando a gritos, por
lo mudo y silencioso que es mi regocijo.
Como
una batalla en un campo perdido
Voy
combatiendo ciegamente conmigo.
Deliberadamente siempre derretido, por
un sol que me aba-zalla
Como
un autentico deseo ferviente y genuino que
no menosprecia mis más puros motivos.
Ya
no es espejismo mi propia existencia.
He desafiado lo lógico de la esencia concentrada, del
saber que el tiempo no es mio.
Como
un todo voy pregonando quehaceres, cuando
invento mis grandes sentidos, al
dar rienda suelta al olvido.
Voy
andando sobre empujones y placeres, estirando
pacientemente mis caminos.
Recordando
que siempre resucitan al verme todo genuino.
Siempre
cobijo mis ayeres de mis más fervientes respiros.
Sobre
una conciencia que frustra lo que encuentra distante.
De
lo espiritual que su fruto se riega, siempre
permanece inerte conmigo.
Cual
propósitos que tienden caminos, voy
dando tumbos prohibidos.
Voy
firmemente dando sentido a mi vida, ya
no tengo que encontrarme conmigo.
Porque
voluntariosamente siempre me vivo.
Poesía
Miguel Adame Vázquez
Marzo de 2007.