martes, 11 de abril de 2017

Vagabundo de historias rotas.

Me había convertido en un solitario vagabundo de historias rotas.
En un caminante de la vida miserable y vacía. 
Pregonando en voz alta que ya no tenía más ganas de seguir respirando el aire puro de los bosques frondosos de las buenas cosas que te de la vida.
Culpando a otros de mi estado deplorable y pernicioso.

Recibiendo solo migajas de un amor sin ternura cuando más lo necesitaba.
Hubiera dado todo el universo por un abrazo.
Mi corazón solo era una roca adolorida y maltratada. 
Sin ganas de querer latir y amar de manera gratuita.

Me había convertido en un páramo estéril donde no crece ninguna semilla. 
Siempre viviendo con los brazos abiertos esperando que alguien sintiera piedad por mi eterno abandono.
Muchos años mi llanto oculto a esa losa que era demasiado pesada para una espalda acostumbrada a cargar tantas cosas.
Y solo entonces me dejé arrastrar por la corriente hacia la tormenta sin mostrar ninguna resistencia.

Y mi propia felicidad tan añorada se envolvió en un amargo sabor de la derrota.
Engreído fue el camino en donde me fui hundiendo sin querer dejar que otros me tendieran la mano. 
Ninguna ayuda era lo suficientemente digna para salvarme de ese oscuro espacio.
Solo fue cuestión de que se marchitaran las primaveras para que llegara el momento en el cual nadie se volviera a acordará de mí.

Y me volví solo un recuerdo olvidado.
Una fotografía vieja y rota en un rincón sin importancia. 
Necesitaba de todos y a la misma vez parecía que no necesitaba de nadie a mi lado.
Sacrifique a mi prosa haciendo ver cómo una víctima a mis versos por estar muchos años odiando el final del mismo espacio.

Hoy puedo decir que he salido del fango.
Ahora estoy donde siempre solía estar antes.
Es un poema que sueña por estar en donde siempre debió estar.
Ahora he vuelto a ser un abrazo poderoso. 

Poderoso por amar en buena medida a otros, porque el verdadero poder está en dejar amarme sin rencores y perdones falsos.
Me había convertido en un solitario vagabundo de historias rotas.
Solo lloriqueando al culpar a otros de mi estado final de abandono.
Hoy puedo decirte que ya he salido del fango y que estoy totalmente decidido a sacarte tambien a ti de ahí.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
11/04/2017.



lunes, 10 de abril de 2017

Detengamos la marcha del tiempo.



Quiero detener la marcha del tiempo.
Y que en ese último segundo no se evapore la última vez.

Quiero pausar a la memoria de un ayer perdido.
Antes que el holocausto de las sombras me tome por sorpresa y desaparezca lo que queda de mis buenos motivos.

Quiero liberar a todos mis pensamientos de la oscuridad interior que nos acaece como un accidente.
Y así no tener que volver a sentir la cólera que todo lo simula.
Ya no quiero recordar cuándo fue la última vez que me dobló la estupidez de mi propio ego.

Quiero vivir la bondad que se merece por hacer un acto de amor anónimo y genuino. 
Y sentir el alivio que siente un pastor cuando rescata del risco a la última oveja perdida.

Quiero dejar de sentir la sed que te absorbe hasta dejarte solo con la angustia de no poder despertar leyendo poemas de palabras hermosas.

Quiero llenarme de esa luz que inspira a todas mis poesías llena de prosa.

Quiero recordar la primera imagen vívida de mis años cortos.
Y volver a tener el amor de mis orígenes en todos mis pensamientos y así poder ponerlos como un pretexto perfecto para nunca más olvidarme de ti. 

Quiero dejar de quitar horas al sueño.
Ya no quiero pagar el precio tan alto que se paga por dejar huir a los momentos que no existieron.
Porque no acudí por ellos a su encuentro al no dormir.

Quiero detener la marcha del tiempo.
Antes que su marcha me enferme hasta morir.
El tiempo siempre lo será todo.


Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
11/04/2017.




domingo, 9 de abril de 2017

Un poema es para siempre.


Cuando empecé a practicar el silencio 
Muchas voces me acallaron por no participar en el juego narcisista de eliminar el amor de otros.

Cuando terminé mi silencio y empecé a hablar de la verdad a otros
Muchos silencios me atacaron por no detener a mi voz interior que necesitaba ser escuchada.

Cuando no hice realmente nada y como un muro inerte dejé que el tiempo pasara y me envolviera en su última estocada
Muchos quisieron sacudirme por solo ser un individuo quieto ante los deseos cotidianos de ellos.

Cuando fui perseverante como aquella gota que cae constante en el mismo lugar por siempre
Muchos inamovibles quisieron borrarme por creer que era una amenaza a sus ideas más arraigadas.

Es por eso que ahora solo escribo poemas para bien y para mal.
Al final, poemas para siempre.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
10/04/2017.

sábado, 8 de abril de 2017

Abrázame con el amor de un poema que nunca termina.



Abrázame con el corazón que ama a un poema largo y poderoso.
Con esas letras que inspiran con pasión por todo lo que en algún día habíamos callado.
Sabes muy bien que a el mundo no le importa lo que pase realmente con nuestras vidas.
Solo va girando entre sus caóticos caprichos de siempre.

Abrázame con la ilusión de poder vivir un amor que dure felizmente por siempre.
Como en aquellas historias escritas por los abuelos tan detenidamente.
Muy bien sabes que solo somos un instante entre la frontera de la vida hacia la muerte.
Y solo nos queda más que dar un paseo por los paisajes  que transcurren presurosos en una existencia corta.

Abrázame con la paz de un aliado que nunca te cuestiona.
Porque sabes que tan solo en ese ayer pasamos al olvido de un recuerdo sin memoria.
Yo nunca olvidaré lo que fuiste para mí todos estos días.
Tu recuerdo se quedará guardado en mí presente que quisiera huir de las sombras de todos los reclamos.

Abrázame fuerte porque nunca podrás olvidar todo lo que ha nacido para ti desde el último rincón de pureza que hasta ahora me quedaba.
No te amargues la vida tratando de aferrarte a algo que simplemente pasará de largo.
Existen tantas cosas maravillosas por las cuales podemos seguir disfrutando.
Que solo pido más segundos al tiempo para seguirlas deseando.

Abrázame con el intento sincero de amar sin tener que pedir algo a cambio por ello.
Porque no se vende el cariño cuando el silencio del rencor por fin ha hablado.
El pasado siempre nos alcanzará con una tenue sonrisa de lo que sabe todo por anticipado, nuestro tiempo ahora ya se ha marchitado.
Nunca renuncies a un intento final sin antes haber peleando.

Abrázame fuerte con todos tus sueños.
No ignores a la única verdad que valió la pena de nuestras vidas.
Los errores solo fueron pruebas a nuestra lealtad por todas las mentiras.
Nunca lo dudes, seguiremos lográndolo.
Abrázame con el amor de un poema que nunca termina.


Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
09/04/2017.


jueves, 6 de abril de 2017

Poesía eres tú.



Mis ojos observan taciturnos un montón de poemas que luchan por salir a la luz.
Son tus palabras que hablan todas las cosas que la mayoría callamos.
Porque no sólo se necesita ser un valiente enamorado del hermoso castellano para escribir.
En cada letra que tu mirada sigue como persiguiendo una esperanza está nuestra necesidad de tener una respuesta.

Yo quiero leer aquel mensaje que me lleve a la extasía de sentirme amado.
Yo quiero sentir consuelo entre el vacío de la angustia de un corazón que sufre.
Necesito de tus versos adornados con prosa y melancolía para llenarme de verdad.
Tus poemas no me mienten, lo veo en cada palabra que nace de tu corazón sin engaños y máscaras.

Eres tú y nadie más quien ajeno a mis más grandes sentimientos me hablas con ternura.
Nunca me juzgaras por mis actos y penurias porque sabes al igual que yo lo que es una mirada triste que solo implora un tierno abrazo. 
Quiero leer de ti un fragmento de mi vida.
Quiero escuchar en un suspiro una sonrisa de esperanza.

Mis ojos se alegran cuando te veo.
Eres solo un montón de poemas bajo las sombras de una vida modesta.
Para mí eres más que solo eso.
Era un juglar de historias pérdidas que se repiten bajo los siglos de una estrofa.

Poesía eres tú.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
06/04/2017.



miércoles, 5 de abril de 2017

La época que nos tocó vivir.



La época que nos tocó vivir es más que un manto oscuro que cubre a los ojos que miran al cielo.
No quiero ser solo un testigo mudo de las atrocidades de una estirpe que no le importa ver el sufrimiento ajeno.
Nos hemos acostumbrado a ver morir a la tierra.
Sangramos al bosque hasta dejarlo sin la oportunidad de poder adornar al mundo junto con las brillantes estrellas.
Ya no reímos con esa alegría que se contagia tan solo  con una tierna mirada.
Preferimos gozar del abandono que imponen con fuerza los otros seres que son oscuros.

Esos que construyen con muros una división de los sueños para acabar con una hermosa mañana.
La época que nos tocó vivir es un tiempo lleno de angustia y dolor sin sentido.
En donde sólo codician a la alegría que se esfuerza en sembrar lo que es bueno.
Ya no me impresiona ver caer en pedazos a los ladrillos de una civilización que nació sin amor a todos los otros.

Vez tras vez se repite la misma historia en todos los rincones que respiran en la tierra.
Hasta el mismísimo cansancio de mi conciencia veo a la muerte que se pasea frente a nosotros desafiante.
Nada le impide en su delirio asesinar a unas manos tiernas que desean solo amar a sus hijos.
La época que nos tocó vivir tiene un olor fétido de puras desgracias que no quieren que vuelvas a ver la luz con un sueño posible.

Me niego a ser solo un testigo inmóvil de la desgracia ajena que nunca será pasajera.
Es por eso que siembro con mucha paciencia un pequeño naranjo cerca de la puerta de mi esperanza.
Lo riego con el agua de la gratitud con la idea de que pronto a la humanidad le llegará su primavera por tanto tiempo anhelada.
Entonces sí podré correr una vez más descalzo por las gloriosas praderas de una vida que nunca se acaba.

La época que nos tocó vivir.

Poesía.
Miguel Adame Vázquez.
05/04/2017.

martes, 4 de abril de 2017

Mis horas más antiguas quieren sentir solo mi cansancio.


Mis horas más antiguas quieren sentir solo mi cansancio.
Solo en él podrán hacerse de la parte más oscura que algún día habitó en mi existencia.
Nunca he ocultado qué tal vez solo fuimos un aliado para una voz que es cobarde.
Que mis ojos se refugiaron en los pretextos de otros para poder seguir teniendo la esperanza de soñar que era un héroe.

Un héroe que nunca lo fue del todo.
Que no quiso o no pudo afrontar a un río que se desborda de su cauce estrujándolo todo.
Que solo enmudeció con los truenos ensordecedores que trastornan la calma monótona de una vida cotidiana.
Que no supo nadar en una corriente de agua turbia y desquiciada que te hunde en la desdicha de la duda permanente.

El torrente lodoso borró toda la ilusión que existía y solo siguió inmutable arrasando con todo lo que se encontraba a su paso.
Solo quedó un lodazal de prejuicios y maldiciones sin censura en donde los ojos me juzgaron sin yo poder hacer una defensa.
Su veredicto fue hallarme culpable por todas las noches que no hice nada para detenerlos.
Porque después de esa tormenta solo atiné a recoger mis recuerdos y actuar como si no pasara nada.

Muchos de esos recuerdos nunca más volvieron a ser míos.
Se quedaron con la parte de mi rostro que sobrevivió a tus miradas más incómodas.
Aquellas que solo quieren mostrar la dureza más melancólica y triste de una tarde lluviosa que queda.
Te quiero mostrar el rostro más sublime, lleno de misericordia, que todo lo perdona, como fue perdonarte el abandono a los principios más sabios de esta vida.

Mis horas más antiguas quieren sentir mi cansancio y así poder apoderarse de lo que todavía existe en mi presente.
No las dejaré ni un milímetro avanzar sobre los anhelos más queridos que con mucho dolor he ganado.
Aunque en la lucha por querer vivir mi presente se tope con la realidad que se escurre queriéndose llevar a mi propia vida.
Estoy dispuesto a correr con ese riesgo para vencer a mis horas más antiguas que solo quieren revivir mi oscuridad.


Poesía
Miguel Adame Vazquez.
05/04/2017.



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Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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