lunes, 31 de julio de 2017

Las últimas lágrimas se fueron al cielo.



Las últimas lágrimas se fueron al cielo, 
alcanzaron la luz que destella fulgores
en una oscuridad que se inunda 
de un vacío impaciente.

Ahora miramos el cosmos 
cómo sencillos mortales,
ignorando la grandeza de Dios,
como si fuera ajeno a nuestra naturaleza humana.

Hablamos de Dios en la hora que duele,
cuando la palabra es un gesto afligido,
cuando amamos con la ternura de una cría 
a su madre en la ausencia del calor 
y el arropo del frío.

Hablamos de Dios con odio y martirio,
como si solo fuéramos un hijo perdido,
olvidándonos de él cuando en la carne 
reflejamos un deseo marchito.

Hablamos de Dios en las horas 
de un recuerdo que tuerce a la conciencia 
porque no sabe cómo sanar en el olvido.

Pronto estaremos mirando
el mar en su azul envidiable,
sintiendo el cálido abrazo del sol 
cuando acaricia al frío. 

Pronto tendré el pretexto perfecto 
para olvidar en un rincón mis pensamientos,
ahí las últimas lágrimas no tendrán 
el tiempo de evaporarse para regresar 
como un río y regar a caudales a la mejor 
versión de mi tierno cariño.

Solo el cosmos es un silencioso testigo
de la grandeza eterna ante las últimas lágrimas 
que se fueron al cielo.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
01/08/2017.

miércoles, 26 de julio de 2017

Nada se pierde para siempre



Nada se pierde para siempre, 
nos queda el recuerdo que se aferra 
a un futuro que soñamos porque vendrá después.

Es evidente el deterioro que no se borra con los años, 
solo se arrastran alargando el letargo de una lejanía,
eso lo hace más que un pequeño fragmento 
elocuente de lo que fue el ayer. 

Es notable el deterioro de mi vista cansada,
tal vez es por las tantas injusticias que he tenido que sentir,
pero aún así prefiero seguir fingiendo 
que el tiempo es mi aliado travieso y celoso 
que bromea con seguir jugando a la vida conmigo.

El vértigo al miedo seguirá imponiéndose 
a un espacio que difícilmente se borra con la miseria 
que flota por la frágil palabra.

Es muy cierto que me duele el sufrimiento 
que va rompiendo mi esfuerzo para convencerme 
que no debí de querer más que un poco  más de todo.

Es muy cierto que me duelen los días que no se olvidan 
con el duro amanecer que solo se desvanece,
pero aún así, tengo el deseo intacto 
de poder decir que esas horas que me faltan 
nunca las podré comprar con el dinero,
es difícil reconocer que la emoción prevalece, 
a pesar que a la fuerza ya le falla la memoria.

En el ayer solías fingir que no existía mi presencia,
era más que un truco barato para consumir
tú vergüenza por no poder olvidar 
a las ofensas que nunca se perdonan.


De nada te sirvió la disculpa fingida sobre un libreto viejo,
no fué más que un ruego falso que convencía a quienes solo son iguales que tú.  

Tu pasado sofocó el poco aire que dejaste 
en un ambiente viciado por tantas envidias sin fin,
ahora lo sabes muy bien, 
nunca fueron rentables tus planes.

Hoy mi prosa es más fuerte. 
Tu obsesión solo vivió para destruirlo todo,
pero nunca pudiste arrebatarme todo lo tengo, 
mi sonrisa siempre será una evidencia visible 
que el ocaso te ha ganado la pasada.

Nada se pierde para siempre, 
me queda el recuerdo que se aferra 
a una historia que lo tuvo todo,
que lo tiene todo porque rápido aprendió 
a vivir un futuro sin ti.

Nada se pierde para siempre.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
27/07/2017.

sábado, 22 de julio de 2017

Encontré el secreto de una vida maravillosa.



Encontré el secreto de una vida maravillosa,
lo escuche con la voz del corazón 
que vive en el último rincón del universo.

Ahí en el final infinito todo es posible,
aún cuando tengo un poco de tristeza 
en la mirada por tanto mirar 
el seco páramo de la soledad absoluta.

Ahí aprendí a no llorar con mi esperanza,
a seguir con el deseo intacto para no odiar.

En ese rincón todos los sabios 
conocen muy bien las historias,
solo deseo que a sus palabras 
el viento no las arroje al suelo 
antes de que las pueda escuchar.

Ahí aprendí a no pasar por alto todas las cosas,
ahora veo el caer de las flores de la bugambilia 
en la entrada de mi casa,
ahora sé que nada tocara su esencia,
nadie le robara la calma,
porque solo son mentiras que llegan corriendo 
como si supieran que llevan tatuada la prisa 
en alguna rendija malsana que no sabe apagar 
a la noche con una sonrisa.

Ahora sé que encontré el verdadero secreto,
es maravilloso saber 
que solo me basta con ver amanecer,
observar cómo corre mi gato hacia la ventana,
el solo quiere escuchar a la vida, 
y ver cómo ella se prepara para ofrecerle
una nueva historia que vivir.

Ahora sé cómo debo escuchar a la hora temprana,
es un poco fría en su mañana,
porque necesita un poco asolearse 
hasta poder borrar todo el rastro de humedad.

Ahora sé que llegarán los primeros rayos 
de la mañana con el sol en mi ventana, 
dejaré que mi gato vea a los pájaros 
que vuelan cantando la melodía de su libertad.

Encontré el secreto de una vida maravillosa,
es la voz de mi corazón que aprendió a amar.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
23/07/2017.

miércoles, 19 de julio de 2017

Sobre un rojo carmesí



Tu corazón es de rojo carmesí,
tan intenso en su fulgor
que emana una sensación
que sana mis plegarias.

Es como sentir el calor
de los rayos del sol
sin tener que preocuparme
de nada en absoluto.

Los ruidos del campo
no distraen mis sueños.
Tengo paz, esa útil sensación
a la espera de la calma.

Nunca imaginé que algún día,
respiraría sin miedos,
nunca pensé que estaría inerte
como lágrima muerta
en su magnífico brillo de luz,
sin emitir algún sentido
de urgencia que despertara mi ego.

Ahora descanso preparándolo todo,
escuchándolo todo,
sin prisas ni aspavientos,
sin dolor ni angustia pasajera.
Sin tener que estar alerta
protegiendo a mi corazón de la guerra,
de una lucha que de un tajo
me partiría en dos.

Sobre rojo carmesí descanso,
desnudo de remordimientos,
transcurriendo en mis sueños,
en una inmensa llanura de paz.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
19/07/2017.






martes, 18 de julio de 2017

Aún con la neblina



Nadie lo contó,
viví con las sombras que enterraron 
a mis miedos.

Fui testigo de mis ojos,
ellos grabaron historias tejidas 
de mis tiempos confusos. 

Yo lo sentí,
fueron suspiros profundos los que huyeron 
del lastre de mi propia orfandad.

Y ahí, con el frío adolorido por la desvergüenza,
fui limpiando mi rostro con el amor
el amor que tengo por ti.

Nadie lo contó,
siempre valdrá toda la pena detenerse 
a escuchar cómo amanece el día a tu lado,
aún con la neblina de saber que ya no estás.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
18/07/2017.

viernes, 14 de julio de 2017

Son tan pocas las palabras



Son tan pocas las palabras en el viento 
que no me alcanzan para arrepentirme.
No quiero acostumbrarme al perdón 
adulando a la vida con la costumbre 
de querer solo vivir.

Pedir perdón.
Aún no porque tengo 
que pedir perdón y arrepentirme,
me lo dice tantas veces el tiempo 
que lo tengo impregnado en el corazón.

A veces quisiera tener la oportunidad 
de rescatarme,
pero la valentía es una cobarde,
ya no posee ningún sentimiento amado 
para poder olvidarlo todo y lograrlo.

Nunca he podido equilibrar la vida 
y caminar en la cuerda floja,
son muchos los intentos fallidos 
en los cuales solo tambaleo la realidad.

Ya perdí la cuenta de tantas veces 
que solo me he dejado caer,
amo sobrevivir a la caída de un vacío 
en un suspiro que no es fallido.

Ahora sé lo que es extrañar tu voz, 
es una sensación de espanto,
porque no me acostumbro al silencio 
de perdón al vacío de tu amor.

Es difícil avergonzarse cuando el miedo 
siempre toma la delantera, 
nunca es suficiente el esfuerzo 
cuando simplemente tienes que seguir 
bajo la metralla del odio todo el tiempo.

Mis ideas se duermen en un intento fallido, 
en los sueños no puedo escribir 
lo tanto que te quiero.

Son tan pocas las palabras
que se desprenden cada vez que no te veo,
que me he hecho invisible para ti.


Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
15/07/2017.


jueves, 13 de julio de 2017

El viejo silencio de la soledad




El viejo silencio merodea la noche,
es frío porque la soledad 
sube cautelosa por el alba 
de unos días grises.

No puedo olvidar que estuve ahí 
por mucho tiempo escondido,
en el aire espeso de mi propio miedo,
siempre tratando de ignorar a tus ojos 
que no se les escapa nada.

No tuve miedo,
el miedo es un lujo momentáneo 
que sólo acelera a los nervios, 
esos que sudan desesperados 
porque no pueden explicar lo que siento.

Quizás estoy cansado de buscar de nuevo
y comprender que el vacío 
no es un estado incompleto.

Quizás se que en el olvido 
nunca existirá una memoria rota, 
y que se necesita por lo menos de dos 
para poder saciar la zozobra 
de un tiempo perdido en el odio.

Te has acostumbrado a devaluar tu memoria,
que solo sigues diluyendo 
tus hermosos ojos en una mirada 
que se pierde en el hastío vacío.

Nada puedo hacer por ti en esas horas 
finales en las cuales estás encerrada
bajo la sospecha de un viejo tiempo tirano.

No puedo evitar que el dolor abandone
a un corazón maltrecho,
así que solo huyes de la tierna protección 
de un fraterno abrazo.

Miserable es tu esperanza 
en esa última oportunidad 
para poder tejer un sueño amado,
nunca fuiste paciente 
por ese beso anhelado.

Quizás estoy cansado 
de tener que parar,
nunca fue mi baluarte la paciencia,
siempre preferí salir corriendo 
y tratar de cambiarlo todo,
aunque en ese cambio 
se quedará mi propia vida.

Nunca he querido morir 
lejos de tus manos cariñosas,
odio verme en el olvido 
de un amor pasado 
que solo se quedo con mis confusiones
de un viejo silencio que merodea a la noche.

Poesía 
Miguel Adame Vázquez.
14/07/2017.


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Vivir para siempre

  A ninguna parte, nunca tuve tiempo para que las lágrimas llenaran el cielo. Confieso que se fue la vida en una pincelada de gaviotas y cie...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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